Montague Rhodes James es para mí, el mejor escritor de cuentos de fantasmas que haya leído. Esta entrada va como homenaje a este genial escritor inglés, que me ha permitido disfrutar el género de terror como ninguno.
Buscando información al respecto me encontré con un buen artículo sobre él, que se reproduce a continuación. Al final, está la referencia completa.
M. R. James está considerado como "El Gran
Maestro del Cuento de Fantasmas", honor ganado a pulso con cada uno de sus
magníficos relatos, ideados para amenizar más de una Navidad, en compañía de
sus allegados.
Es uno de los grandes de la literatura de terror. Sus
fantasmas no son los clásicos espectros victorianos; arrastrándose por pasillos
sórdidos y húmedos al ritmo del tintineo incesante de las cadenas. Sus
fantasmas son seres que no provocan compasión; en su mayoría engendros sin forma
definida, abominables y sádicos.
James vio la luz en el año 1862, en la rectoría de
Goodnestone, Kent. Ya a una temprana edad, en la que otros niños se contentaban
con dedicar sus horas a cualquier simple juego, el joven James desarrolló ya su
nunca olvidada pasión por los libros antiguos.
M. R. James como persona se puede decir
que está a años luz de las torturadas figuras de antecesores suyos en el arte
de asustar como Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant o Joseph Sheridan LeFanu.
El trasfondo de sus obras poco tiene que ver con los oníricos mundos que poblaban las mentes de estos autores. Su personalidad destacaba por su lucidez y equilibrio, amén de su escepticismo, tiznado con un agudo sentido del humor, en lo tocante al mundo de los espíritus y los fenómenos paranormales tan en boga durante finales del siglo XIX y principios del XX.
Podríamos decir que su vida transcurrió en una continua
investigación del pasado, entre viejos manuscritos, clases y reuniones
docentes, visitas a antiguas ruinas, bibliotecas polvorientas, iglesias dejadas
de la mano de Dios. Ésa fue su vida, ya que nunca contrajo matrimonio, ni tuvo
hijos. La universidad, Eton, y los libros constituyeron el entramado de su
existencia.
Fue un medievalista de prestigio contrastado, lingüista y un
estudioso bíblico. Entre sus intereses y aficiones cabe mencionar desde la
arqueología, hasta la paleografía; de la filología al arte eclesiástico; de las
antigüedades a los estudios históricos y bibliográficos, revisando a menudo
ejemplares para las sociedades bibliográficas e históricas especializadas. Sin
olvidarnos de la traducción, el ensayo, o la disertación académica. M.R. James murió en Eton en 1936.
No deja de ser una ironía que James logre la celebridad con
sus cuentos, quedando el resto de su obra condenada al ostracismo, pues sus
historias de fantasmas no fueron para él más que un pasatiempo. Escribía estos
cuentos por puro entretenimiento, para distraerse de sus tareas docentes y de
sus largas y pesadas investigaciones en los muchos campos que trataba.
Era un admirador reconocido del escritor irlandés Joseph
Sheridan LeFanu, siendo ésta quizás la influencia más representativa en sus
obras. Precisamente a James se debe la resurrección literaria de LeFanu cuando
éste comenzaba a ser olvidado por el público. En 1923 publicó una antología con
los mejores cuentos del autor irlandés titulada Madam Crowl's Ghost. Si para
muchos James es el mejor escritor de cuentos de fantasmas, él reconocía con tal
calificativo a LeFanu.
Sin romper por completo con las formas que habían
distinguido al relato de fantasmas hasta entonces, uno de los grandes méritos
de M.R. James se basa en la creación de un fantasma desconocido en la época en
que vivió. En este detalle radica la diferencia primordial con todo lo escrito
durante el romanticismo, dominante hasta entonces. James se distancia del
fantasma victoriano, característicamente lívido, estático y digno de compasión
por su desdichada fortuna. Todo lo contrario, las apariciones espectrales de James
son manifestaciones abominables, criaturas cuya procedencia no puede ser sino
el infierno. Tales apariciones son extravagantes, e incluso ridículas sin
llegar a caer en la comicidad. Sus seres inefables son cuasi monstruos que
llegan a helarnos el alma. En palabras de Lovecraft: "El espectro habitual
de M.R. James es delgado, enano y peludo: una abominación perezosa e informal
de la noche, a medio camino entre la bestia y el hombre... este espectro tiene
una constitución de lo más excéntrica: es un rollo de franela con ojos de
araña, o una entidad invisible modelada con las ropas de una cama cuyo rostro
lo forma una sábana arrugada".
De igual modo, encontramos también en todos sus relatos,
rebosantes de un sano humor socarrón, un atisbo de aclaración racional para los
misterios que se nos muestran, detalle también desconocido en la literatura del
género hasta la fecha. Aunque, en sus propias palabras "este resquicio
debe ser tan estrecho que apenas sea practicable", para que así el relato
no pierda fuerza ni quede reducido a una mera sugestión enfermiza de sus
protagonistas en un momento dado de la trama.
Ilustración de Manuel Mota. |
La escritura de cuentos de fantasmas puede considerarse un
arte, y el propio James llegó a citar las características de semejante oficio:
"Dos ingredientes de la máxima importancia para guisar un buen cuento de
fantasmas son, a mi juicio, la atmósfera y un crescendo hábilmente
logrado", a lo que no debemos olvidar añadir "cierto grado de
realismo".
Si bien en lo primero no llega al refinamiento de ilustres
antecesores como Arthur Machen, con su peculiar estilo de atmósfera envolvente
y opresiva, o contemporáneos como Lovecraft, respecto al adecuado desarrollo de
la historia se muestra como un maestro consagrado. Ese crescendo que nos
conduce al desenlace final entre el engendro y el atribulado protagonista logra
mantenernos en una atenta tensión hasta el clímax final.
Siguiendo con sus palabras, analicemos el sentido del
indispensable realismo, "Seánnos, pues, presentados los personajes con
suma placidez; contemplémoslos mientras se dedican a sus quehaceres cotidianos,
ajenos a todo mal presentimiento y en plena armonía con el mundo que les
rodea".
Ahí radica otra de sus características innovadoras, conduce al
lector por un mundo que ya conoce, que vive día a día en su propio "marco
familiar". Sus personajes hablan, viven, se mueven, como sus potenciales
lectores de principios del siglo XX. Recordemos que hasta la irrupción de James
en la literatura, los fantasmas habían sido seres amarrados a sus herrumbrosas
cadenas, arrastrándose amargados por castillos medievales, algo muy alejado de
la sociedad burguesa de la época.
Ilustración de Manuel Mota |
Uno de los recursos de James para introducirnos en esta
familiaridad cotidiana es su relajado humor, frecuentemente mostrado de forma
coloquial entre sus personajes. Un típico humor británico, que nos hace
sentirnos aún más sosegados y confiados en ese ambiente seguro y reconocible.
Un humor que casi sin enterarnos da paso al espanto, haciendo añicos la
invulnerable realidad en la que nos creíamos sumergidos.
"En esta atmósfera tranquilizadora, hagamos que el
elemento siniestro asome una oreja, al principio de modo discreto, luego con
mayor insistencia, hasta que por fin se haga dueño de la escena". Esta
técnica de no revelar nunca por completo al fantasma, dejando a la imaginación
del lector la recreación de lo vagamente sugerido, se ve ya claramente en
LeFanu, aunque James la forja impecablemente superando a su maestro en el firme
propósito de inquietar.
Podríamos añadir que buena parte del terror en los
cuentos de James reside en lo que se menciona como de pasada, en detalles
aparentemente carentes de importancia y que cobran todo su significado en el
desenlace final.
Otros rasgos inequívocos de la obra de James los menciona
Howard Phillips Lovecraft en su excelente ensayo Supernatural Horror in
Literature, atribuyéndolos a palabras del propio James: "Sus fenómenos
espectrales deben ser malévolos más que beneficiosos, ya que la emoción que hay
que suscitar ante todo es el miedo"; adiós, pues, a fantasmas dignos de
compasión: "... debe evitarse escrupulosamente la jerga técnica del
ocultismo o pseudociencia, con objeto de que la verosimilitud casual no se vea
ahogada por una pedantería nada convincente".
Mencionemos también otra característica que ni el propio
James hubiera podido evitar de haberlo querido, el antecedente histórico que
provoca las espectrales apariciones. Este precursor del horror, obligatorio en
todas sus historias, le permite hacer gala de sus excelsos conocimientos en las
diversas materias que marcaron su vida. Incluso podríamos decir que sus
protagonistas no dejan de ser sino clones del propio James: hombres apacibles,
comedidos, íntegros, sin sospechosos antecedentes relacionados con sucesos
paranormales.
Sus relatos, sin profundizar demasiado en la caracterización
psicológica de los personajes, nos seducen con una minuciosa recreación
documental de los ambientes en que se desarrollan. Para recrear este ambiente
erudito James echó mano de un truco muy utilizado después por otros autores inventándose libros, manuscritos o
citas en latín que dieran mayor calado a los sucesos que se narraban en sus
cuentos.
El encanto de los temblores que provocan sus cuentos de
fantasmas sigue vigente hoy en día pese a los numerosos giros y mutaciones que
ha sufrido el género de terror. Más de uno quizás piense que en la era de la
informática, relatos escritos a principios del pasado ya siglo XX han perdido
toda capacidad de asustar...
Los cuentos de fantasmas de M.R. James son 31 publicados en diferentes libros:
Historias de
fantasmas de un anticuario. Esta obra fue publicada en 1904.
Más historias de fantasmas de un anticuario. Este segundo
libro apareció en 1911.
Un fantasma inconsistente y otros. La publicación de este volumen data de 1919.
Cuentos de fantasmas es
el cuarto libro publicado en 1925.
Cuentos de fantasmas de M. R. James, publicado
en 1931 es su último libro. Se trata de una recopilación de todos sus relatos antes citados con la inclusión de cinco más,
aparecidos en diversas publicaciones.
En
1922 se publicó una novela corta de fantasía sobrenatural para niños titulada Los cinco frascos.
Puedes leer muchas de sus obras aquí:
http://elespejogotico.blogspot.mx/2009/02/mr-james-relatos.html
Texto tomado de: M. R. James, hacedor de fantasmas, en:
pasadizo.com.
(http://www.pasadizo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1439).
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