En México, los murciélagos han sido considerados símbolos de fertilidad y de vida, pero también de desolación y muerte.
En el pasado, los artistas forjaron su figura a golpes de martillo en el oro y en la plata que adornaba las vestiduras de los sacerdotes y de los guerreros y en la piedra de sus templos y edificios. Sin embargo, debido a ciertas ideas y a la ignorancia de su valor, para muchos de nuestros campesinos actuales son heraldos del mal y pocos los estiman como seres útiles.
En la mitología indígena de toda América, el murciélago es una de las deidades más notables, y frecuentemente se le encuentra representado como un dios en las estelas, códices y vasijas mayas. Forjado en oro, aparece entre las piezas del tesoro artístico peruano y se le ha encontrado entre las representaciones zoomorfas de las culturas primitivas de Santo Domingo y Cuba.
Varios pueblos de México llevan el nombre que en las lenguas aborígenes se daba a los murciélagos: Zinacantepec, pueblo cercano a Toluca, significa “en el cerro de los murciélagos”, Zinacantán, en Chiapas, significa “donde viven los tzotziles” o “las gentes del murciélago”. En las comunidades rurales de fuerte influencia nahuatlaca los conocen como chinacos, nombre de clara raigambre azteca derivado de Tzinacan y que, durante las luchas de independencia también se les aplicó a los guerrilleros insurgentes del sur de la República, ya que se ocultaban en cuevas y grutas, y sólo salían a luchar por la noche. En la parte central de Guerrero se les llama quimich papalotl, vocablo que deriva de quimich, ratón y papalotl, mariposa, ya que existe la creencia general de que los murciélagos son ratones viejos a los que les han salido alas.
Etimológicamente, el nombre castellano es murciégalo, y por metástasis se convirtió en murciélago, palabra que se deriva del latín mus, muris, ratón; caecus, ciego y ala, el ala; esto es: mus caecus alatuso ratón ciego alado.
Murciélagos insectívoros, murciélagos comedores de fruta, murciélagos pescadores, murciélagos carnívoros y caníbales y los vampiros chupadores de sangre.
De los murciélagos de la familia Desmodontidae, vulgarmente llamados vampiros, se conocen principalmente dos especies localizadas en el México tropical: el Desmodus rotundus, llamado vampiro de patas pelonas, y el Diphylla escuadata centralis llamado vampiro de patas peludas.
A los vampiros de patas pelonas se les puede encontrar en las tierras bajas y cálidas del Golfo de México, desde la costa de Tamaulipas hacia el sur. En el Pacífico, habitan desde Potam en Sonora hacia el sur, cubriendo las tierras cálidas al sur del eje volcánico y extendiéndose hasta Centroamérica.
A los vampiros de patas peludas se les localiza en las vertientes y planicies costeras del Golfo de México y Mar Caribe, desde la parte central de Tamaulipas hasta Yucatán y Quintana Roo y de ahí a Centro y Sudamérica. En la costa del Pacífico puede vérseles desde el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca hacia el sur. Exteriormente, estos vampiros son iguales a los de patas pelonas, pero con las orejas más cortas y redondeadas. Su pelambre, similar al de sus parientes de patas pelonas, es suave y sedoso con una coloración que va del café al sepia rojizo. Sus ojos son negros y saltones.
Todos estos murciélagos son de tamaño medio, tienen las orejas pequeñas, separadas y puntiagudas, y los caninos, sobre todos los superiores, grandes, largos, de puntas muy agudas y con el borde posterior cortante y afilado.
La forma de distinguir a los vampiros de otros murciélagos, es por las sanguinolentas heces fecales que dejan en el piso, que desprenden fétidas emanaciones de amoniaco y de materia orgánica en descomposición. Se les puede reconocer también porque no cuelgan del techo de su refugio de las patas traseras como los demás murciélagos, sino que se apoyan perpendicularmente a las superficies usando las patas y los pulgares de sus manos. Cuando salen en busca de alimento, abandonan el refugio después de que ya lo han hecho otros murciélagos, y en las noches de luna lo hacen cuando su resplandor ya ha desaparecido o se ha ocultado por las nubes. Su vuelo es rasante, y localizan a sus víctimas guiados más bien por los sentidos de la vista y el olfato que a través de sonidos ultrasónicos como lo hacen los comedores de insectos.
Cuando localizan su presa, los vampiros se posan sobre tierra y se arrastran lentamente hacia ella hasta determinar el lugar más apropiado para morderla. Luego se posan sobre ella sin despertar su sensibilidad, apoyándose con las uñas de las patas y con los cojinetes o callosidades de los pulgares de sus manos. Generalmente muerden a su víctima detrás de las orejas, a los lados del cuello, en las ingles o en la base de la cola. A las gallinas y guajolotes, el mordisco se lo aplican en las patas o en el cuello y a los gallos en la cresta. Al hombre lo muerden en el dedo grueso del pie, en las orejas o en el hombro. Al morder, el vampiro inyecta una substancia con la saliva que adormece el lugar al mismo tiempo que inhibe la cicatrización. Su mordedura tiene forma de “V” y provoca una abundante hemorragia. El vampiro toma la sangre por succión, doblando la lengua en forma de canal invertido que con ayuda del labio inferior forma un tubo por el que fluye la sangre hacia su estómago.
En referencia a la región de Oaxaca, existe una gran cantidad de representaciones prehispánicas, pero no está claro si fundamentan un culto originario de la cultura zapoteca o si el hecho de plasmar al murciélago llegó del área maya, donde a la fecha se siguen encontrando objetos de cerámica con representaciones de este mamífero Para los zapotecas, es uno de los animales protectores en su calendario agrícola, además que su representación también se ha encontrado en glifos. Mientras que en el área maya, es en esculturas de Copán, Guatemala, donde se observa el rostro de un murciélago, lo que indica que este mamífero puedo ser su animal protector.
La lógica llevaría a pensar en especies fósiles mucho más grandes que las actuales y, de hecho, algunos restos atestiguan la existencia de quirópteros bastante grandes y con significativas diferencias: mandíbulas capaces de mayor apertura, más tolerancia al frío y la falta de humedad, diferencias en la forma de locomoción terrestre, etc.
El caso es que la existencia de estos vampiros puede haberse perpetuado hasta hace unos pocos miles de años y, al igual que los gliptodontes, pueden haber conocido a los humanos… hay relatos sobre el Zotz o Camatzotz maya, un murciélago monstruoso que habitaba en una cueva en Guatemala.
Infinidad de leyendas de la zona que implican a criaturas de aspecto vampírico y desde luego cuentos desde México a la Pampa de personas atacadas por grandes quirópteros. Algunas especies extintas, como Desmodon draculae, pudieron vivir hasta fechas tan recientes como 1700. Pero el draculae era del tamaño de un pollito; difícilmente pudiera atacar directamente, aunque sí hacer mucha pupa en un asalto nocturno a la víctima dormida.
Camazotz o Camazot es un personaje de la mitología mesoamericana. considerado como el Dios Murciélago de los Mayas. Habitualmente se le representa como un murciélago. Se pueden ver representaciones de él en el museo de Copán, Honduras.
En el Popol Vuh era el nombre común referido a los monstruos similares al murciélago encontrados por los héroes gemelos mayas Hunahpú e Ixbalanque durante sus pruebas en el mundo subterráneo de Xibalbá. Obligados a pasar la noche en la Casa de Los Murciélagos, los muchachos pueden mantener a las criaturas a raya hasta que Hunahpu pierda su cabeza intentando mirar la llegada del alba.Ixbalanque afligido llama a todos los animales, mientras instruyendo cada uno para devolver su comida favorita. Cuando el coatí vuelve con una calabaza, Ixbalanque lo talla en una nueva cabeza para su hermano, y ellos continúan sus aventuras, mientras provocando la derrota eventual del Xibalba.
El culto de Camazotz empezó alrededor de 100 A.C. entre los indios Zapotecas de Oaxaca, México; quienes veneraban un monstruo antropomórfico con cuerpo de hombre y cabeza de murciélago. El murciélago fue asociado con la noche, la muerte y el sacrificio. Este dios encontró su lugar rápidamente entre el panteón de los maya Quiché. Los Quiché identificaron rápidamente el dios-murciélago con su dios Zotzilaha Chamalcan, dios del fuego.
Hay evidencia actual que apoya que el mito de Camazotz puede haberse extendido debido a los murciélagos vampiro alcanzando México, Guatemala y áreas de Brasil.
La evidencia de lo anterior se halla en los fósiles del Desmodus draculae, el murciélago vampiro gigante. También han habido esqueletos del draculae encontrados en estado sub-fósil, de muy reciente edad, lo que sugiere que las especies todavía eran comunes cuando la civilización Maya existió, que incluso aún podría existir hoy, aunque esto es dudoso.
¿Hallaremos algún día los restos de vampiros fósiles grandes como buitres? ¿Habrá aún Zotz acechando en la oscuridad, en alguna parte de la selva inexplorada?
desde hace tiempo me he interesado por este dios (me apasiona la mitologia azteca), anque mucha info es de wikipedia, es interesante.
ResponderEliminarLos contenidos de este tema están tomados del texto "Apuntes sobre murciélagos y vampiros" de Enrique Salazar Hijar y Haro, publicado en México Desconocido, y se puede consultar aquí:
ResponderEliminarhttp://www.mexicodesconocido.com.mx/apuntes-sobre-murcielagos-y-vampiros.html
Ignoro si el autor empleó wikipedia o wikipedia lo "usó" a el.
gr@x...x f!n l0 entendii...xk e$s un tem@ mu! inte :p ! xk tbm necec!t@b@ s@ver be$!t0o$
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