11 enero 2010

NIÑOS DIOS MILAGROSOS

La figura del Niño Jesús siempre será atractiva, dulce, limpia y carente de manchas, por eso no ha pasado de moda y sigue latente en el devocionario católico mexicano. Ampliamente venerados u olvidados en el nicho de una iglesia tras una vida llena de milagros, también fueron en su momento víctimas de secuestro, persecución y disputas. Con motivo de las "levantadas" de niño Dios en estos días, aquí tienen algunas "peculiaridades" de varias de estas representaciones, de las que se cuenta, algunas veces hacen su "santa voluntad" en sorteos, se vuelven invisibles ante el acecho de los "enemigos de la fe", e incluso, hacen alianza con la Santa Muerte.

Son los historiadores Mariano Monterrosa y Leticia Talavera, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quienes nos relatan algunas de estas historias que rondan entre lo real y lo fantástico, pero que han motivado la devoción de comunidades o reinos completos, desde el siglo XVI hasta nuestros días.

Esta breve relación de las imágenes talladas del Niño Jesús o el Niño Dios, comienza con las vicisitudes del Niño Cautivo que ahora pasa desapercibido entre los feligreses de la Catedral Metropolitana. Muy atrás quedaron los años (siglo XVI) en que su destino mantuvo en vilo a los habitantes novohispanos. "Se dice que fue tallada por el escultor español Martínez Montañez, a quien le fue comprada por los habitantes de la Ciudad de México mediante una colecta. El Niño Dios fue embarcado hacia el puerto de Veracruz, pero no pudo llegar, dado que unos piratas árabes atacaron la nave y la saquearon." "Para 'redimir’ al Niño Jesús, hubo que pagar una verdadera fortuna", comentaron los especialistas. Hoy, esta imagen se halla en la capilla de San Pedro o de las Reliquias (al centro del retablo principal, en la parte inferior), en la Catedral Metropolitana.






También del siglo XVI y contrario al caso anterior, el mimado Niño Pa de Xochimilco, apadrinado hasta el 2048 — aunque las solicitudes rebasan esta fecha—, tiene un carácter despierto. La talla que perteneció originalmente a un cacique indígena apodado "El Viejo", dedica su noctambulismo a cuidar las milpas y según cuentan, se hizo invisible a los ojos de los soldados del gobierno que visitaron Xochimilco durante la Guerra Cristera.



La devoción por el Niño de las Suertes es una de las más vigentes en el Distrito Federal debido a su sincretismo con otro culto muy en boga: el de la Santa Muerte. En primer lugar, Mariano Monterrosa y Leticia Talavera nos precisan que aunque data del siglo XIX, su veneración es más bien reciente. Luego de que un par de evangelizadores, alertados por su llanto, hallaron la figura del Niño Dios por los rumbos de la Hacienda de San Juan de Dios, en Tlalpan; lo pusieron a disposición del arzobispo don Francisco Lizana y Beaumont, quien a su vez decidió sortear la escultura entre varios conventos. Se dice que el Niño favoreció al Convento de San Bernardo porque simpatizaba con los votos de pobreza de sus monjas; su voluntad se hizo patente en las tres rifas que realizó el arzobispo. A causa de las dificultades que la Iglesia católica padeció en México con diversos gobiernos, el Niño de las Suertes fue a dar a Tacubaya, pues las monjas se lo llevaron en una de tantas exclaustraciones.

Debido a que la imagen reposa su cabeza sobre un cráneo, una posición que realmente alude a las "premoniciones" sobre su futura Pasión, o bien al triunfo de Cristo sobre la muerte, este Niño Jesús es vinculado actualmente con el culto a la Santa Muerte, de ahí que devotos de ésta última también lo van a visitar.

Mariano Monterrosa y Leticia Talavera, expertos de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, señalan que otros Niños Jesús de la Ciudad de México que han perdido parte de su gran devoción o que aún no la alcanzan son: el Santo Niño de Praga, que en tiempos pasados tuvo numerosos devotos y permanece en la parroquia que lleva este nombre en la colonia Juárez.

Asimismo, está el Niño Limosnerito, que se venera en la colonia Santa María la Ribera; el Santo Niño de los Milagros, cuya devoción radica en el pueblo de Tacuba; el Santo Niño del Verbo Encarnado que tiene su morada en la colonia Alfonso XIII; y el Santo Niño Mueve Corazones, en la colonia Santo Tomás, donde su popularidad se debe a que convierte a la gente más dura al catolicismo.

En la capilla de Nuestra Señora de la Antigua, en la Ciudad de México, se encuentra la imagen del “niño cautivo”. Siguiendo la leyenda, éste fue un regalo para la Catedral que traía a la ciudad el doctor Francisco Sandoval en el año 1622. En su viaje naval, los piratas lo raptaron y lo llevaron a África pidiendo una extensa suma de dinero. El rescate fue pagado pero el doctor Sandoval falleció. Su cuerpo fue enviado junto con la imagen del niño cautivo, que hoy conserva su vestimenta original y sostiene en sus manos unas esclavas en recuerdo de su cautiverio.


En el estado de Coahuila, en el municipio de Villa Unión, se encuentra el santuario del Santo Niño de los Peyotes. Cuenta la leyenda que en la iglesia de la Misión del Dulce Nombre estaba la estatuilla en un nicho de donde desaparecía y era encontrada de pie entre los peyotes próximos a la actual Villa Unión, repitiéndose este hecho fue a entender de los frailes que deseaba se le construyera una iglesia en ese lugar que empezó con una ermita que al paso del tiempo se convirtió en un santuario. Caminando por los campos de Palestina Nuestro Señor Jesucristo dijo : " Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados por el peso de la vida, y yo os aliviaré " y esas mismas palabras parece repetir esta pequeña estatuilla símbolo de gran devoción en el Norte de México y sur de la Unión Americana y es que son incontables los favores atribuidos a su santa imagen ya que después de haberlo invocado han encontrado salud para sus cuerpos, éxitos para sus empresas, remedios para sus enfermedades, alivio a sus penas


A modo de conclusión, los historiadores consideran que a pesar de que las devociones cristianas son vivas y cambiantes, la veneración por el Niño Jesús no se transforma, si bien es cierto que sus representaciones son diferentes en la actualidad, ejemplo de ello son el Niño Futbolista o el Niño Doctor.

Aquí puedes escuchar una historia sobre el Niño Dios: