03 febrero 2013

LOS MALVADOS FANTASMAS DE M. R. JAMES




Montague Rhodes James es para mí, el mejor escritor de cuentos de fantasmas que haya leído. Esta entrada va como homenaje a este genial escritor inglés, que me ha permitido disfrutar el género de terror como ninguno.

Buscando información al respecto me encontré con un buen artículo sobre él, que se reproduce a continuación. Al final, está la referencia completa.

M. R. James está considerado como "El Gran Maestro del Cuento de Fantasmas", honor ganado a pulso con cada uno de sus magníficos relatos, ideados para amenizar más de una Navidad, en compañía de sus allegados.

Es uno de los grandes de la literatura de terror. Sus fantasmas no son los clásicos espectros victorianos; arrastrándose por pasillos sórdidos y húmedos al ritmo del tintineo incesante de las cadenas. Sus fantasmas son seres que no provocan compasión; en su mayoría engendros sin forma definida, abominables y sádicos.

James vio la luz en el año 1862, en la rectoría de Goodnestone, Kent. Ya a una temprana edad, en la que otros niños se contentaban con dedicar sus horas a cualquier simple juego, el joven James desarrolló ya su nunca olvidada pasión por los libros antiguos.

M. R. James como persona se puede decir que está a años luz de las torturadas figuras de antecesores suyos en el arte de asustar como Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant o Joseph Sheridan LeFanu.


El trasfondo de sus obras poco tiene que ver con los oníricos mundos que poblaban las mentes de estos autores. Su personalidad destacaba por su lucidez y equilibrio, amén de su escepticismo, tiznado con un agudo sentido del humor, en lo tocante al mundo de los espíritus y los fenómenos paranormales tan en boga durante finales del siglo XIX y principios del XX.

Podríamos decir que su vida transcurrió en una continua investigación del pasado, entre viejos manuscritos, clases y reuniones docentes, visitas a antiguas ruinas, bibliotecas polvorientas, iglesias dejadas de la mano de Dios. Ésa fue su vida, ya que nunca contrajo matrimonio, ni tuvo hijos. La universidad, Eton, y los libros constituyeron el entramado de su existencia.

Fue un medievalista de prestigio contrastado, lingüista y un estudioso bíblico. Entre sus intereses y aficiones cabe mencionar desde la arqueología, hasta la paleografía; de la filología al arte eclesiástico; de las antigüedades a los estudios históricos y bibliográficos, revisando a menudo ejemplares para las sociedades bibliográficas e históricas especializadas. Sin olvidarnos de la traducción, el ensayo, o la disertación académica. M.R. James murió en Eton en 1936.

No deja de ser una ironía que James logre la celebridad con sus cuentos, quedando el resto de su obra condenada al ostracismo, pues sus historias de fantasmas no fueron para él más que un pasatiempo. Escribía estos cuentos por puro entretenimiento, para distraerse de sus tareas docentes y de sus largas y pesadas investigaciones en los muchos campos que trataba.

Era un admirador reconocido del escritor irlandés Joseph Sheridan LeFanu, siendo ésta quizás la influencia más representativa en sus obras. Precisamente a James se debe la resurrección literaria de LeFanu cuando éste comenzaba a ser olvidado por el público. En 1923 publicó una antología con los mejores cuentos del autor irlandés titulada Madam Crowl's Ghost. Si para muchos James es el mejor escritor de cuentos de fantasmas, él reconocía con tal calificativo a LeFanu.

Sin romper por completo con las formas que habían distinguido al relato de fantasmas hasta entonces, uno de los grandes méritos de M.R. James se basa en la creación de un fantasma desconocido en la época en que vivió. En este detalle radica la diferencia primordial con todo lo escrito durante el romanticismo, dominante hasta entonces. James se distancia del fantasma victoriano, característicamente lívido, estático y digno de compasión por su desdichada fortuna. Todo lo contrario, las apariciones espectrales de James son manifestaciones abominables, criaturas cuya procedencia no puede ser sino el infierno. Tales apariciones son extravagantes, e incluso ridículas sin llegar a caer en la comicidad. Sus seres inefables son cuasi monstruos que llegan a helarnos el alma. En palabras de Lovecraft: "El espectro habitual de M.R. James es delgado, enano y peludo: una abominación perezosa e informal de la noche, a medio camino entre la bestia y el hombre... este espectro tiene una constitución de lo más excéntrica: es un rollo de franela con ojos de araña, o una entidad invisible modelada con las ropas de una cama cuyo rostro lo forma una sábana arrugada".

De igual modo, encontramos también en todos sus relatos, rebosantes de un sano humor socarrón, un atisbo de aclaración racional para los misterios que se nos muestran, detalle también desconocido en la literatura del género hasta la fecha. Aunque, en sus propias palabras "este resquicio debe ser tan estrecho que apenas sea practicable", para que así el relato no pierda fuerza ni quede reducido a una mera sugestión enfermiza de sus protagonistas en un momento dado de la trama.

Ilustración de Manuel Mota.
La escritura de cuentos de fantasmas puede considerarse un arte, y el propio James llegó a citar las características de semejante oficio: "Dos ingredientes de la máxima importancia para guisar un buen cuento de fantasmas son, a mi juicio, la atmósfera y un crescendo hábilmente logrado", a lo que no debemos olvidar añadir "cierto grado de realismo".

Si bien en lo primero no llega al refinamiento de ilustres antecesores como Arthur Machen, con su peculiar estilo de atmósfera envolvente y opresiva, o contemporáneos como Lovecraft, respecto al adecuado desarrollo de la historia se muestra como un maestro consagrado. Ese crescendo que nos conduce al desenlace final entre el engendro y el atribulado protagonista logra mantenernos en una atenta tensión hasta el clímax final.

Siguiendo con sus palabras, analicemos el sentido del indispensable realismo, "Seánnos, pues, presentados los personajes con suma placidez; contemplémoslos mientras se dedican a sus quehaceres cotidianos, ajenos a todo mal presentimiento y en plena armonía con el mundo que les rodea".

Ahí radica otra de sus características innovadoras, conduce al lector por un mundo que ya conoce, que vive día a día en su propio "marco familiar". Sus personajes hablan, viven, se mueven, como sus potenciales lectores de principios del siglo XX. Recordemos que hasta la irrupción de James en la literatura, los fantasmas habían sido seres amarrados a sus herrumbrosas cadenas, arrastrándose amargados por castillos medievales, algo muy alejado de la sociedad burguesa de la época.

Ilustración de Manuel Mota
Uno de los recursos de James para introducirnos en esta familiaridad cotidiana es su relajado humor, frecuentemente mostrado de forma coloquial entre sus personajes. Un típico humor británico, que nos hace sentirnos aún más sosegados y confiados en ese ambiente seguro y reconocible. Un humor que casi sin enterarnos da paso al espanto, haciendo añicos la invulnerable realidad en la que nos creíamos sumergidos.

"En esta atmósfera tranquilizadora, hagamos que el elemento siniestro asome una oreja, al principio de modo discreto, luego con mayor insistencia, hasta que por fin se haga dueño de la escena". Esta técnica de no revelar nunca por completo al fantasma, dejando a la imaginación del lector la recreación de lo vagamente sugerido, se ve ya claramente en LeFanu, aunque James la forja impecablemente superando a su maestro en el firme propósito de inquietar.

Podríamos añadir que buena parte del terror en los cuentos de James reside en lo que se menciona como de pasada, en detalles aparentemente carentes de importancia y que cobran todo su significado en el desenlace final.

Otros rasgos inequívocos de la obra de James los menciona Howard Phillips Lovecraft en su excelente ensayo Supernatural Horror in Literature, atribuyéndolos a palabras del propio James: "Sus fenómenos espectrales deben ser malévolos más que beneficiosos, ya que la emoción que hay que suscitar ante todo es el miedo"; adiós, pues, a fantasmas dignos de compasión: "... debe evitarse escrupulosamente la jerga técnica del ocultismo o pseudociencia, con objeto de que la verosimilitud casual no se vea ahogada por una pedantería nada convincente".

Mencionemos también otra característica que ni el propio James hubiera podido evitar de haberlo querido, el antecedente histórico que provoca las espectrales apariciones. Este precursor del horror, obligatorio en todas sus historias, le permite hacer gala de sus excelsos conocimientos en las diversas materias que marcaron su vida. Incluso podríamos decir que sus protagonistas no dejan de ser sino clones del propio James: hombres apacibles, comedidos, íntegros, sin sospechosos antecedentes relacionados con sucesos paranormales.

Sus relatos, sin profundizar demasiado en la caracterización psicológica de los personajes, nos seducen con una minuciosa recreación documental de los ambientes en que se desarrollan. Para recrear este ambiente erudito James echó mano de un truco muy utilizado después por otros autores inventándose libros, manuscritos o citas en latín que dieran mayor calado a los sucesos que se narraban en sus cuentos.

El encanto de los temblores que provocan sus cuentos de fantasmas sigue vigente hoy en día pese a los numerosos giros y mutaciones que ha sufrido el género de terror. Más de uno quizás piense que en la era de la informática, relatos escritos a principios del pasado ya siglo XX han perdido toda capacidad de asustar...

Los cuentos de fantasmas de M.R. James son 31 publicados en diferentes libros:


Historias de fantasmas de un anticuario. Esta obra fue publicada en 1904.


Más historias de fantasmas de un anticuario. Este segundo libro apareció en 1911.


Un fantasma inconsistente y otros. La publicación de este volumen data de 1919.


Cuentos de fantasmas es el cuarto libro publicado en 1925.


Cuentos de fantasmas de M. R. James, publicado en 1931 es su último libro. Se trata de una recopilación de todos sus relatos antes citados con la inclusión de cinco más, aparecidos en diversas publicaciones.



En 1922 se publicó una novela corta de fantasía sobrenatural para niños titulada Los cinco frascos.


Puedes leer muchas de sus obras aquí:

http://elespejogotico.blogspot.mx/2009/02/mr-james-relatos.html



Texto tomado de: M. R. James, hacedor de fantasmas, en: pasadizo.com.
(http://www.pasadizo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1439).