02 noviembre 2009

EL FANTASMA DE LA CARRETERA

Ya había publicado esta historia en el metroflog:
http://www.metroflog.com/imistico/20090424/teniente_robinson_collao

Hace ya un tiempo que la carretera al pueblo de La Tirana, y particularmente la zona de Humberstone y Pozo Almonte, viene siendo escenario de extraños hechos.

Según una cantidad numerosa de personas, se puede ver con regularidad a un funcionario de Gendarmería haciendo dedo, para desaparecer apenas el vehículo en cuestión se detiene. También se ha confirmado que en varias oportunidades algunos conductores han llevado a un subteniente de la institución, que luego desaparece súbitamente del asiento.

Pero el hecho que vino a despejar las dudas de los incrédulos, y que hoy atemoriza a todos aquellas personas de la ciudad que habitualmente efectúan el trayecto mencionado, es la historia que confirma uno de los compañeros de trabajo del fallecido, el teniente de Gendarmería, Luis Ibáñez.

El funcionario cuenta que hace cuatro meses una mujer de unos veinticinco años llegó a las dependencias de Gendarmería a buscar al subteniente Robinson Collao Tapia, a quien sólo unos días atrás había subido al auto en la carretera, y con el cual habían fijado una cita para almorzar, pero la mujer exigió ver una fotografía del funcionario. Cuando comprobó que la cara de la imagen era la misma de quien había subido a su auto en el camino, la mujer entró en pánico y se quebró en el mismo lugar.

El subteniente de Gendarmería Robinson Collao Tapia, muerto el 20 de julio año 2003. En esa época contaba con sólo 23 años de edad, viajaba por la carretera A-16, a 40 kilómetros al oriente de Iquique, a eso de las nueve de la mañana rumbo a Pozo Almonte para ver a sus padres porque estaba de franco. Sin embargo, una temeraria maniobra le hizo impactar frontalmente con un bus de la empresa San Luis.

“Pensé que era una broma, pero ella creía que lo estábamos negando. Le dije el sub teniente está muerto y ella me dijo sé que llegué tarde para almorzar, pero no es para que se enoje” , cuenta.

Como la joven seguía incrédula, el teniente le contó que Collao había fallecido en un choque frontal con un bus en el camino a Pozo Almonte, a 40 kilómetros de Iquique, el 20 de julio del 2003. Hasta le mostró el diario donde salía el accidente.

“Ahí ella se quebró, lloró como 20 minutos y me dijo que el día anterior lo había llevado en el auto hasta Iquique, porque le había hecho dedo. Dijo que le había contado sobre una reciente desilusión amorosa, que él la ayudó a que no se quedara dormida y que incluso le tomó la mano. Además quedaron para almorzar ese día, pero ella se atrasó y que por eso lo vino a buscar”, agrega.

Ibáñez, incrédulo a su vez, sólo creyó la historia cuando la mujer reconoció a Collao en una fotografía grupal y le contó detalles desconocidos. “Sabía que le gustaba la música tropical y que había estado de cumpleaños poco antes”, añade aún sorprendido.

El teniente reconoce que ha escuchado historias de conductores que dicen que Collao los ha ayudado en la carretera, pero cree que el caso de la mujer es el más “sólido”.

A Baltazar, padre de Robinson, no le gusta hablar mucho del tema, pero dice que “al parecer él se aparece para ayudar a las personas que se vienen durmiendo y cosas así. Es gratificante que mi hijo, sin estar en la Tierra, siga haciendo cosas buenas”.

http://www.estrellaarica.cl/prontus4_nots/site/artic/
20090322/pags/20090322013006.html

http://3w.lun.com/modulos/catalogo/paginas/2009/03/2
3/LUCSTDI09LU2303.htm