23 abril 2014

UN RELATO ESTREMECEDOR


Este relato está transcrito y adaptado del audio de la entrevista original realizada por el autor

También iba a General Cepeda la otra sobrina, pero ella iba con el esposo y los dos niños atrás en el carro. Parece que iban a una fiesta o algo así.

Iban para General dice, platicando aquel y yo y nos encontramos a una viejita en la carretera del lado donde maneja el esposo.

De este lado (del conductor) estaba una viejita parada.
Y dice: "Mira, una viejita".

Pero al momento que íbamos llegando con la viejita, así nos aventó una muñeca. Y la muñeca quedó en el limpiabrisas.

"¿Qué pasó?"

"No, nada", dice. 

"Y le seguimos".




Y yo volteo y le digo a mi esposo: "¿Ya viste la señora, la viejita?"

Y me dice: "La vengo viendo por el espejo".

Porque la viejita venía volando así por la carretera detrás del carro.

Entonces mi sobrina dice: "no me dio miedo tío, no me dio miedo, lo que hice yo con mis hijos los agarré dice con el asiento, así los agarré". / no me dio miedo la viejita ni nada de eso. A mí me preocupaban mis hijos y yo los agarré así. Los niños tenían unos dos años, como cuatro o tres años. Yo los agarré así con la mano".

Y aquel (mi esposo) dijo: "¿Qué hacemos?" Y empezó el limpiabrisas a moverlo.


Y no se soltaba la muñeca porque taba agarradilla. "Za, za, za, za, zaz...",  hasta que soltó la muñeca. Se soltó la muñeca y ya la viejita se paró.