Este relato está transcrito y adaptado del audio de la entrevista original realizada por el autor
Iban para General dice, platicando aquel y yo y nos encontramos a una viejita en la carretera del lado donde maneja
el esposo.
De este lado (del conductor) estaba una viejita parada.
Y dice: "Mira, una
viejita".
Pero al momento que íbamos llegando con la viejita, así nos aventó una muñeca. Y la muñeca quedó en el
limpiabrisas.
"¿Qué pasó?"
"No, nada", dice.
"Y le seguimos".
Y yo volteo y le digo
a mi esposo: "¿Ya viste la señora, la viejita?"
Y me dice: "La vengo viendo por el espejo".
Porque la viejita venía volando así por la carretera detrás del carro.
Entonces mi sobrina dice: "no me dio
miedo tío, no me dio miedo, lo que hice yo con mis hijos los agarré
dice con el asiento, así los agarré". / no me dio miedo la viejita ni nada de eso. A mí me preocupaban mis hijos y yo los agarré así. Los niños tenían unos dos años, como cuatro o tres años. Yo los agarré así con la mano".
Y aquel (mi esposo) dijo: "¿Qué hacemos?" Y empezó el
limpiabrisas a moverlo.
Y no se soltaba la muñeca porque
taba agarradilla. "Za, za, za, za, zaz...", hasta
que soltó la muñeca. Se soltó la muñeca y ya la viejita se paró.