“La muerte golpeará con su tridente a aquel que turbe el
reposo del faraón” rezaba la leyenda que encontró Howard Carter en la
antecámara de la tumba de Tut Ankh Amón.
El 20 de marzo de 1923, Carter y George Edward Stanhope, V
Conde de Carnarvon, abrieron la cámara interior y descubrieron el sarcófago del
Faraón Tut Ankh Amón en el Valle de los Reyes, en Luxor, hoy denominada KV62.
Tut Ankh Amón, faraón de la dinastía XVIII y muerto a los 18
años, reinó en Egipto de 1336 a 1327 a.C. Su tumba se había librado de los
saqueadores que habían vaciado el resto de las del Valle de los Reyes y el
ajuar estaba compuesto por numerosas joyas, amuletos y muebles.
La maldición de Tut Ankh Amón nació pocas semanas después de
que se abriera su tumba. Lord Carnarvon, que había costeado las excavaciones,
murió en el hotel Continental Savoy, de El Cairo, el 5 de abril de 1923, mes y
medio después de entrar en la tumba, a consecuencia de una infección provocada,
al parecer, por la picadura de un mosquito. Se dice que hubo un apagón en la
ciudad y que el perro del noble murió el mismo día en su casa en Inglaterra.
Los rumores sobre la maldición crecieron cuando otros
trabajadores que habían participado de la excavación murieron sorpresivamente.
Tales son los casos de Audrey Herbert, que estuvo presente en la apertura de la
cámara real y que murió en Londres, en septiembre de 1923. Arthur Mace, el
hombre que dio el último golpe al muro para entrar en la cámara real, murió en
El Cairo poco después. También Sir Douglas Reid, que radiografió la momia de Tut
Ankh Amón, enfermó y volvió a Suiza donde murió dos meses después.
Siguieron ocho muertes más, algunas en circunstancias
extrañas, accidentes e incluso suicidios. Para 1935 ya sumaban 21 y varios
recopiladores de sucesos las elevaban hasta 30.
Algunos autores, entre ellos Arthur Conan Doyle, apuntaron
la posibilidad de que los fallecimientos se debieran a la presencia en la tumba
de un hongo mortal que afectó a los primeros en entrar en ella, pero expertos
han descartado esta hipótesis alegando que la muerte se produjo meses después
de haber estado expuesto a cualquier materia potencialmente dañina.
Casi cien años después del descubrimiento de la morada final
de Tut Ankh Amón los ecos de su maldición siguen haciéndose oír.
Con información de:
https://latam.historyplay.tv/noticias/la-maldicion-de-tutankamon
https://www.muyhistoria.es/h-antigua/articulo/la-maldicion-de-tutankamon-121461573531
https://www.pacozea.com/howard-carter-tutankamon-y-la-muerte-del-equipo-descubridor
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